La Cámara alta aprobó el proyecto de nueva ley de educación superior, la que tras la visación de los cambios por parte de los diputados, quedó en condiciones de ser promulgada por la Presidenta de la República. La iniciativa fija un nuevo marco en el que se desenvolverá este nivel de enseñanza.

Entre los principales aspectos de la normativa destacan:

  • Crea una Subsecretaría de Educación Superior en el Mineduc, la que tendrá a su cargo la coordinación de las políticas públicas sobre el tema.
  • Crea la Superintendencia de Educación Superior, servicio descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, destinado a fiscalizar y supervigilar el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias; la legalidad del uso de los recursos y la supervisión de la viabilidad financiera de las instituciones de educación superior.
  • Perfecciona el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, dando mayor independencia a la Comisión Nacional de Acreditación; regulando de mejor forma sus procedimientos y fortaleciendo la acreditación institucional de las instituciones.
  • Consagra la gratuidad en forma inmediata para los estudiantes del 60% más vulnerable de la población y fijando las condiciones para su extensión universal. Además, establece los requisitos que deben cumplir las instituciones que accedan a esta forma de financiamiento.

El senador Carlos Montes respaldó la iniciativa y, especialmente, la instauración de la gratuidad. Al respecto, fue enfático para descartar las criticas de la oposición referidas al compromiso que significa para el erario público la incorporación de nuevos alumnos al beneficio.

«¡Todos los proyectos comprometen los recursos públicos a futuro!» – recalcó -, precisando que, contrariamente a lo afirmado por la derecha, esta iniciativa actúa responsablemente, al hacerlo no en forma automática, como la generalidad de las iniciativas, sino ligado a ciertas condiciones.

En ese sentido, el parlamentario PS manifestó su convicción en torno a que las condiciones y proyecciones de la economía permitirían dejar aprobada la incorporación del séptimo decil en un plazo breve. «…Pongamos que en un máximo de dos o tres años más los siete primeros deciles están cubiertos. ¡Propongo eso a la Sala! Si hay unanimidad acá podríamos hacerlo» – manifestó.

Al concluir su intervención, Montes lamentó que la tramitación no haya permitido un debate más profundo. «Yo creo que aquí debiéramos haber dedicado mucho más tiempo a discutir qué universidades necesita Chile y necesita el mundo. Nos ahogamos en esta cuestión institucional y de financiamiento, y no tenemos el oxígeno y la visión para mirar en su conjunto lo que requiere el país.» – concluyó.